Palencia

Quién puede resistirse al encanto de descubrir Palencia, arribar en la Dársena del Canal de Castilla y disfrutar de un relajante paseo por sus caminos de sirga, a la vez que el Museo del Agua, instalada en uno de los edificios de su dársena, instruye al visitante sobre el ciclo vital del líquido elemento y sus innumerables recursos. En este santuario del agua, a orillas del Carrión, la gran catedral del gótico acecha, rezuma restos visigóticos, sustenta entre sus ancestros muros una espectacular cripta románica, que se encuentra bajo un templo con traza del más fulgurante y elegante gótico. La Seo palentina está considerada la tercera más grande de España, despunta hacia el cielo su cumbre, vigilante de la torre campanario de la iglesia de San Miguel: “la Novia del Río”, como bien la definió el poeta Paco Vighi. San Miguel, el lugar donde dice la leyenda que el Cid desposó con doña Jimena, se convierte en acompañante de lujo en nuestro recorrido por la capital mientras nuestros pasos se encaminan por el Puente Mayor, del siglo XVI, sin que perdamos de vista Puentecillas, al norte, pontón emblemático sobre las aguas del Carrión inspirado en el Gran Imperio… pero transformado al estilo del medievo en el siglo XI, aunque es el siglo XVI quien deja su actual aspecto.

Y callejeando entre rincones con especial encanto, alcanzamos la Calle Mayor Antigua, nexo de unión de los grandes monumentos antes mencionados: la Catedral de San Antolín y la iglesia de San Miguel, a quienes se suma el Palacio Episcopal, en cuyas entrañas duermen una buena parte del legado eclesiástico de la provincia. Pero debemos seguir nuestra visita… y a nuestro alcance el Museo de Palencia, ubicado en la soberbia Casa del Cordón, antigua posada renacentista del siglo XVI, sin duda preserva la memoria histórica de estas bellas tierras con la mirada puesta en el presente y futuro de Palencia.

La proximidad de la Mayor Antigua nos invita a recorrer la gran Calle Mayor, de norte a sur, o de sur a norte, el resultado es el mismo: un conjunto arquitectónico excepcional, plagado de edificios modernistas y otros recurrentes estilos. En la zona central de esta señorial calle... alza tu mirada y disfruta con la espectacular fachada del Colegio Villandrando, catalogado como Bien de interés Cultural, una vez frente a este y admirada su bella fachada... date la vuelta, afrontada encontrarás la espectacular espadaña gótica de la iglesia de San Francisco, la plazoleta que la acoge da paso a la Plaza Mayor, porticada, la casa consistorial preside el sitio, y si avanzamos un poco más en nuestro devenir disfrutaremos con el estilo que luce el Mercado de Abastos y el Palacio de la Diputación, el cual es obligado rodearlo sin pasar por alto la visita al Teatro, San Lázaro o al convento de las Claras, veamos su espectacular nave interior de culto y la capilla que alberga la talla del Cristo de la Buena Muerte, empápate de su leyenda...

La Calle Mayor, por el sur, desemboca en el Salón, parque que lleva el lustroso nombre de la reina Isabel II, respira espíritu romántico, antesala de una de las zonas de expansión de la ciudad, contiguo al parque Huerta Guadián, donde además de disfrutar de sus paseos y arbolado atestigua el punto de información del románico, en las entrañas de un templo heredado del más genuino románico rural palentino, la iglesia del desaparecido pueblo a la sazón conocido como Villanueva del Río Pisuerga, hoy bajo las aguas del embalse de Aguilar de Campoo. Al norte de la Calle Mayor, el conjunto monumental de San Pablo, allí se entremezcla el patrimonio, la modernidad y las tradiciones, punto clave en la Semana Santa de Palencia, declarada de Interés Turístico Internacional. En nuestro recorrido, no nos podemos olvidar de disfrutar de la gastronomía... la convencional y la de tapeo, por decirlo de alguna manera ¿por qué no? Pues es tierra de buen lechazo y excelentes vinos, siempre aderezado de nuestra típica barra de pan conocida como "Fabiola". Ni podemos dejar de admirar sus esculturas, repartidas estratégicamente entre calles y plazas de la ciudad del gótico, homenaje a nuestra gente y conmemorativas del gran legado cultural recibido, que por algo aquí, en Palencia, se instaló la primera Universidad de España. Las cuidadas rotondas de la ciudad conmemoran en su espacio central importantes acontecimientos de la ciudad… y también algunos sueños, Victorio Macho está presente en su alma, en alguna que otra ocasión de la mano de su aventajado discípulo. Pero el legado del gran artista se significa principalmente en el portentoso cerro que encumbra al majestuoso Sagrado Corazón de Jesús, el Cristo del Otero, de 22 m de altura, nada qué envidiar a otros monumentos más famosos. Su mirador nos permite obtener una panorámica magnifica de la ciudad que sin duda deja pequeño lo aquí narrado. El Sagrado Corazón está estratégicamente afrontado al Monte el Viejo, pulmón natural de estos dominios y zona de descanso para su reserva de ciervos.